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Cosi fan tutte (c) Wiener Staatsoper

Mozart Così fan tutte

Del 16 junio AL 28 junio 2024
Wiener Staatsoper - Wien
Program

Mozart : Così fan tutte 165 mn

Intérpretes
  • Director de orquesta
    Philippe Jordan
  • Director de escena
    Barrie Kosky
  • Intérpretes
    Fiordiligi: Federica Lombardi
    Dorabella: Emily D'Angelo
    Guglielmo: Peter Kellner
    Ferrando: Filipe Manu
    Despina: Kate Lindsey
    Don Alfonso: Christopher Maltman

Tanto por la excepcional programación y calidad de los elencos, como por la belleza de su sala, la Ópera de Viena, es indiscutiblemente, uno de los más importantes centros operísticos del mundo. Un lugar donde se siente el peso de la tradición y donde la excelencia es costumbre.

  • Info Teatro
  • Plano de localidades
  • Sinopsis

Wiener Staatsoper - Wien Location Opernring 2 - 1010 Wien Autriche

  • Capacidad de la Sala : 1709

Tanto por la excepcional programación y calidad de los elencos, como por la belleza de su sala, la Ópera de Viena, es indiscutiblemente, uno de los más importantes centros operísticos del mundo. Un lugar donde se siente el peso de la tradición y donde la excelencia es costumbre. Para los vieneses, su ópera es más que una institución, es un símbolo de identidad insustituible, un asunto de estado.

En el siglo XIX, el Kàrntnerthor-Theater fue demolido y se construyó el edificio actual en el famoso Ring. Aquí es donde Mahler impuso su nuevo estilo, hecho de precisión en la interpretación, conseguida  a través de incontables ensayos y una audacia nunca vista en las escenografías, a cargo de Alfred Roller. Después de la caída de los Habsburgo, fue Richard Strauss, el encargado de dirigir los destinos de la nueva institución: la Wiener Staatsoper. Sin embargo, curiosamente, sólo una de sus obras será estrenada en Viena: La mujer sin sombra. Más tarde, Clemens Krauss y Karl Bohm serán los encargados de mantener la tradición. Con Bohm se creó la famosa troupe, que será un modelo a seguir para las siguientes generaciones de cantantes. Ni siquiera las bombas que destruyen la ópera en 1945, podrán impedir que los nombres de Elisabeth Schwarzkopf, Irmgard Seefried, Sena Jurinac o Erich Kunz entren en la leyenda. 

Pero que nadie piense que los vieneses aplauden sólo a sus estrellas: en 1955, con el edificio finalmente reconstruido, Maria Callas canta Lucia di Lammermoor dirigida por Karajan y el público amontonado en la calle,  detiene el tráfico para vitorear a la diva. Es en efecto Hervert von Karajan quien tomó las riendas después de Karl Bohm, e invitó a las grandes voces de todo el mundo a la escena vienesa, gracias a la costumbre de cantar las obras en versión original. Con coproducciones con La Scala, Viena descubrió voces como la de Mirella Freni en La Boheme.

Bajo el liderazgo de Ioan Holender, director hasta 2010, el teatro ha visto estrenos de óperas hasta entonces inéditas, como Jerusalem de Verdi, o Oedipe de Enesco, contemplando la contratación de elencos internacionales, pero respetando a la vez el espíritu de compañía, costumbre iniciada durante los brillantes años de Claudio Abbado en el podio. Sean cuales sean los cambios, la Ópera de Viena sigue ofreciendo anualmente alrededor de 300 representaciones, gracias a un completo equipo técnico de 250 personas y una orquesta de ensueño en su foso: la Filarmónica de Viena.

Dominique Meyer, actual director de la entidad, ha anunciado para esta temporada, transmisiones en directo de algunas óperas, a través de Internet.

Wiener Staatsoper

El plano de la sala se da a título indicativo y no tiene ningún valor contractual.
El reparto de categorías puede variar en función de los espectáculos y las fechas.

Sinopsis

Così fan tutte

Escuche la playlist de Music & Opera : 

Acto I
Nápoles, una mañana temprano de finales del siglo XVIII. Dos jóvenes oficiales, Ferrando y Guglielmo, presumen de la belleza y virtud de sus amadas, las hermanas Dorabella y Fiordiligi ("La mia Dorabella"). Don Alfonso, un señor mayor amigo de los dos soldados, insiste en que la constancia de las mujeres es como el fénix árabe: todos dicen que existe pero nadie la ha visto ("È la fede delle femmine"). Y se apuesta con ellos cien cequíes a que si le conceden un día y hacen lo que él les pide, demostrará que las hermanas son como todas las mujeres: volubles. Los dos jóvenes aceptan de buen grado las condiciones de Alfonso y se deleitan imaginando cómo se gastarán las ganancias de la apuesta ("Una bella serenata").
Fiordiligi y Dorabella contemplan felizmente los retratos en miniatura de Guglielmo y Ferrando ("Ah, guarda sorella") y se imaginan alegremente que pronto estarán casadas. El plan de Alfonso empieza cuando llega con una noticia terrible: los jóvenes soldados tienen que partir para unirse a su regimiento. Aparecen los dos hombres, aparentemente afligidos, y se despiden efusivamente ("Sento, o dio"). Los soldados se marchan y las dos mujeres y Alfonso les desean un buen viaje ("Soave sia il vento"). Alfonso está encantado con su plan y está convencido de que va a ganar la apuesta.
Mientras Despina, la doncella de las muchachas, se queja de lo mucho que debe trabajar, irrumpen en la habitación Fiordiligi y Dorabella, consternadas por la partida de sus prometidos. Dorabella le confiesa sus sentimientos ("Smanie implacabili"), pero el consejo de Despina es que se olviden de sus antiguos amantes reemplazándolos con unos nuevos. Todos los hombres son variables, les dice, y no son dignos de la fidelidad de una mujer ("In uomini, in soldati"). Las hermanas resienten la actitud de Despina y se marchan. Alfonso llega para urdir el siguiente paso de su trama: convence a Despina para que le ayude a presentar a las jóvenes a dos exóticos visitantes, que son en realidad Ferrando y Guglielmo disfrazados. Alfonso se tranquiliza cuando Despina no los reconoce. Las hermanas se escandalizan al descubrir la presencia de unos desconocidos en su casa. Siguiendo el plan de Alfonso, los visitantes expresan su admiración por las señoras, cada uno cortejando a la prometida del otro, pero las chicas los rechazan. Fiordiligi compara su fidelidad a una roca en una tormenta ("Come scoglio"). Los hombres confían en que van a ganar la apuesta, pero Alfonso les recuerda que aún queda mucho día por delante. Ferrando reitera su pasión por Dorabella ("Un'aura amorosa"), y los dos hombres se marchan a la espera de nuevas órdenes de Alfonso. Despina, que sigue desconociendo la identidad de los hombres, planea la tarde con Alfonso.
Mientras las hermanas lamentan la ausencia de sus amantes, los dos “extranjeros” entran tambaleándose, fingiendo haberse envenenado al ser rechazados por las muchachas. Las hermanas llaman a Despina y esta las insta a cuidar de los hombres mientras ella y Alfonso van en busca de un médico. Despina vuelve a entrar disfrazada de médico y, con un imán especial, finge extraerles el veneno. Pide entonces a las jóvenes que cuiden de ellos mientras se recuperan. Los hombres reviven ("Dove son?"), y les piden un beso. Fiordiligi y Dorabella vacilan ante nuevas declaraciones de amor y ellos empiezan a preocuparse.

Acto II
Por la tarde, Despina insta a sus señoras a dejar de ser tan testarudas y les explica cómo se debe tratar a un hombre ("Una donna a quindici anni"). Dorabella se convence de que no pasa nada por coquetear un poco y, sorprendentemente, Fiordiligi está de acuerdo. Las jóvenes se reparten a los “extranjeros” y, encajando perfectamente con el plan de Alfonso, cada una elige al pretendiente original de la otra ("Prenderò quel brunettino").
Alfonso ha organizado en el jardín una serenata romántica para las hermanas y, tras aconsejarles brevemente cómo deben comportarse en el cortejo, él y Despina dejan solos a los cuatro jóvenes. Guglielmo, que hace la corte a Dorabella, logra sustituir el retrato de Ferrando con un corazón dorado ("Il core vi dono"). Ferrando, aparentemente, tiene menos suerte con Fiordiligi ("Ah, lo veggio"), pero cuando se queda sola admite culpablemente que el joven ha tocado su corazón ("Per pietà").
Cuando más tarde comparan cómo les ha ido, Ferrando está seguro de que han ganado la apuesta. Guglielmo se alegra al saber que Fiordiligi sigue siéndole fiel, pero no está seguro de cómo comunicar a Ferrando la infidelidad de Dorabella. Muestra a su amigo el retrato que se llevó de Dorabella y Ferrando monta en cólera. Guglielmo culpa de todo a las mujeres ("Donne mie, la fate a tanti!"), pero esto no hace que su amigo se sienta mejor ("Tradito, schernito"). Guglielmo pide a Alfonso que le pague su mitad de la apuesta pero Alfonso le recuerda que el día aún no ha terminado.
Fiordiligi riñe a Dorabella por ser veleidosa pero al final acaba reconociendo que su corazón ha sucumbido al extranjero. Dorabella la convence para que se deje llevar por completo, diciéndole que el amor es un ladrón que recompensa a los que le obedecen y castiga a todos los demás ("È amore un ladroncello"). Cuando se queda sola, Fiordiligi decide escapar y unirse a Guglielmo en la guerra pero Ferrando, motivado por la apuesta, intenta seducirla una vez más y acaba consiguiéndolo.
Guglielmo está furioso y Alfonso le aconseja que la perdone: las mujeres son así, afirma, y un hombre que ha sido engañado solo puede culparse a sí mismo ("Tutti accusan le donne"). Al anochecer, Alfonso le promete encontrar una solución a sus problemas: celebrar una doble boda.
Despina entra corriendo con su plan para una doble boda: las dos hermanas han aceptado casarse con los “extranjeros” y necesita un notario para la ceremonia. Todo está listo para la boda y Alfonso llega con el notario (que una vez más se trata de Despina disfrazada). Mientras Fiordiligi y Dorabella firman el contrato, unos compases militares anuncian el regreso del regimiento de sus antiguos amantes. Aterrorizadas, las dos mujeres esconden a sus prometidos e intentan recomponerse para la llegada de Ferrando y Guglielmo. Los dos soldados llegan aparentemente alegres pero pronto se angustian ante el evidente desasosiego de las damas. Cuando descubren al notario, las hermanas suplican a los dos hombres que los maten. Ferrando y Guglielmo desvelan a las mujeres la identidad de los “extranjeros”. Despina intenta escaparse al darse cuenta de que Alfonso solo la había hecho partícipe de mitad de la farsa. Alfonso pide a los amantes que aprendan la lección y, con un himno a la razón y al entendimiento, el día toca a su fin.
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PAPELES PRINCIPALES
Fiordiligi, Dame de Ferrare habitant Naples (soprano)
Dorabella, Dame de Ferrare habitant Naples, soeur de Fiordiligi (soprano)
Guglielmo, Amant de Fiordiligi (baryton)
Ferrando, Amant de Dorabella (ténor)
Despina, Camériste (soprano)
Don Alfonso, Vieux philosophe (basse)

Wiener Staatsoper © Michael Poehn

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