- Capacidad de la Sala : 3800
- Otra : PRECIO: El MET Opera usa "Precios dinámicos", lo que significa que los precios de todas las actuaciones están sujetos a cambios (aumento y disminución) en función de sus ventas. Por lo tanto, los precios pueden haber cambiado, se le informará del nuevo precio lo antes posible, luego podrá elegir si desea comprar sus boletos al nuevo precio o cancelar su reserva (su tarjeta de crédito no lo hará). ser cargado).
La antigua Academy of Music, fue el primer lugar de Nueva York donde escuchar y ver ópera de forma regular. Era un teatro pequeño, cuyos palcos ocupaban principalmente ocupado las más antiguas y ricas familias de la ciudad. Con el florecimiento de la industria durante el siglo XIX, la nueva y poderosa clase media pedía paso. En 1880 empezó la suscripción para construir un nuevo teatro, cuyos palcos pasarían a ser propiedad de los que sufragaran la obra. El nuevo Teatro Metropolitano fue construido en la Broadway Avenue, entre las calles 39 y 40 de Manhattan y abrió sus puertas en 1883, con la ópera Faust, de Charles Gounod.
El carácter privado de la institución y su falta de ayudas públicas, sumió al teatro en un sin fin de problemas financieros, aunque Henry Abbey y los Damrosch, fueron empresarios bastante brillantes y el teatro vivió grandes noches de gloria, durante sus primeras décadas de vida. La compañía giró por diversas ciudades de los Estados Unidos y desarrolló una gran actividad, especialmente en Filadelfia. Algunos cantantes brillaron intensamente en ella, especialmente Enrico Caruso, que llegó a cantar más de 600 funciones.
El cambio de siglo trajo algunos escándalos al teatro, se representó Parsifal, sin la aprobación de Cósima Wagner, y en 1906, el estreno de Salome de Richard Strauss, puso literalmente patas arriba la moral de los espectadores. Dos años más tarde, se produjo el debut triunfal de Gustav Mahler, dirigiendo Tristan und Isolde. El meticuloso maestro, sorprendió a todos cuando pidió 15 ensayos para montar Don Giovanni, pero nadie se atrevió a criticar el resultado, la prensa hablaba del sonido inmaculado de la compañía o de la jubilosa locura que se apoderó del público, al caer el telón al terminar la primera representación de Fidelio. Después vendría la era Toscanini...
En 1907 Giacomo Puccini pasó unas semanas en Nueva York, supervisando personalmente el estreno de Manon Lescaut, La Bohème, Tosca y Madama Buterffly. El resultado de estas galas fue tan positivo y la impresión que la ciudad y el teatro causaron en el compositor, tan grandes, que partió con la firme decisión, de que su siguiente ópera debía ser estrenada en el Met. Así, el 10 de diciembre de 1910, el teatro presentaba La Fanciulla del West, el empresario Casazza puso todo el empeño en que el estreno fuera un éxito, hasta ocho caballos se vieron en escena. Con Toscanini en el podio y Emmy Destin y Enrico Caruso en los principales roles, Puccini no recordaba cuantas veces tuvo que salir a saludar entre las interminables ovaciones.
En 1950 tomó las riendas el empresario Rudolph Bing, fundador del Festival de Edimburgo, después de exiliarse de Alemania. Bing intentó renovar el repertorio y las escenografías, después de los duros años de la crisis y la guerra. Consiguió llevar al teatro a una nueva etapa de esplendor, con directores como Fritz Reiner y Dmitri Mitropoulos y una lista de cantantes simplemente impresionante. Pero el gran hito de su etapa, fue conseguir trasladar la compañía a una nueva sede. El nuevo Metropolitan, edificio central del extraordinario Lincoln Center, fue proyectado por Wallace K. Harrison y es famoso por la elegante sobriedad de los arcos de su fachada y por las impresionantes pinturas que Marc Chagall realizó en el gran vestíbulo. Fue inaugurado con la ópera Marco Antonio y Cleopatra de Samuel Barber en 1966. La gran sala principal con una capacidad para más de 3700 butacas, está dotada de los más modernos adelantos técnicos y goza de una acústica excelente.
El Metropolitan ha continuado siendo un referente de calidad indiscutible del circuito más selecto de los grandes teatros de ópera. Ha marchado con paso firme bajo la dirección de James Levine desde 1976, un verdadero récord, y una relación profesional sin precedentes, que acaba de superar recientemente la friolera de 2500 funciones de ópera, dirigidas por este gran maestro, que ha vuelto a dirigir después de dos años con problemas en su espina dorsal.
Desde 2006, un moderno sistema de grabación, permite ver en riguroso directo las óperas del Met, en cines de todo el mundo.